«Ser testigo de la historia: no tiene precio»
Se terminó para mí, vuelvo a casa. El resto del Mundial será por tele.
El cuarteto de la caravana mágica se transformará en un trío por varios días.
Fue toda una experiencia, sentí y viví el clima de un Mundial y encima en el país donde el rugby es casi una religión.
Pude ver a una sociedad y a una cultura diferentes a la nuestra. Lugares perdidos en el mapa pero con gente amable. Personas que a simple vista, y por lo menos con nosotros, se manejaban con mucho respeto. A lo mejor tienen sus miserias, como todos los pueblos.
Parece liviano opinar sobre algo que se conoció en un recorrido turístico, pero los viajes son como los libros o las películas. Casi introspectivos. El mismo viaje o el mismo libro no produce igual efecto en dos personas distintas. Todos vemos detalles diferentes. Se opina desde lo que a uno le llega, en ese momento y en esa circunstancia de la vida.
Gracias a Andrea por apoyarme, con el viaje y con este blog. Me dijo que seguramente serán para crecer. Casi siempre tiene razón.
Mensaje final para Juanita: te extrañé un montón!!!
Hasta el próximo viaje…